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Retos compartidos para reformar los sistemas educativos

Retos compartidos para reformar los sistemas educativos19/01/2015

¿Lo estamos haciendo bien?. Seamos sinceros, poner en práctica reformas ambiciosas en educación no es sencillo. Los cambios necesitan un tiempo, muchas veces más largo de lo que duran los cuatro años de legislatura de un político, y pueden encontrarse con prioridades que entran en conflicto o incluso con falta de experiencias sobre lo que funcionaría mejor.

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Más del 12% del gasto gubernamental se invierte en educación para mejorar los resultados y conseguir que los ciudadanos se beneficien de un buen sistema educativo. Sin embargo, 21.5% de los jóvenes de 15 años no alcanzan un mínimo nivel de competencia necesario para desenvolverse en las sociedades actuales. La nueva publicación de la OCDE, Education Policy Outlook 2015: Making Reforms Happen analiza en profundidad más de 450 reformas adoptadas por países de la OCDE en los últimos siete años.

Retos compartidos para reformar los sistemas educativos: ¿lo estamos haciendo bien?

Este análisis de opciones políticas y ejemplos de países concretos, escrito para ayudar a los responsables políticos, muestra tendencias y posibles lecciones que puedan contribuir a marcar la diferencia en sus esfuerzos para acometer reformas. Los países se enfrentan con retos parecidos y pueden definir sus políticas de una forma común: reducir la desigualdad y asegurar que los ciudadanos acaben sus estudios y aprovechen la transición eficaz bien a la educación terciaria o al mercado laboral, reforzando la instrucción que se da en los colegios e institutos, empleando los datos para la rendición de cuentas y la mejora continua, y administrando y siguiendo de forma eficiente la puesta en práctica de las nuevas políticas.

La revisión de las reformas acometidas muestra que muchos países están utilizando la educación como un medio esencial para salir de la crisis: son muchas las reformas que se centran en preparar a los estudiantes para el futuro, principalmente en la formación profesional y la educación académica terciaria. Las reformas también consideran prioritaria la calidad de los profesores y de la enseñanza – casi una de cada cuatro reformas se centran en este aspecto-. La inversión en el apoyo de los estudiantes desaventajados está también en el centro de muchas de estas reformas. En tiempos críticos como los actuales, necesitamos invertir para asegurarnos de que estamos ofreciendo la mejor educación posible para nuestros hijos. Ellos son nuestro futuro.

Las reformas óptimas no tienen que ver sólo con su diseño, sino también  con el convencimiento de que se están aplicando bien las políticas y están teniendo impacto donde es más necesario que lo tengan. Desgraciadamente, según los datos de nuestro estudio, sólo una de cada diez reformas informa de que llevan a cabo una evaluación de la misma. Y sabemos que existen varios puntos clave para el éxito de estos cambios: adaptar el tipo de reforma para responder a retos concretos; centrarnos en la clase y en el aprendizaje y no en los procesos; centrarnos en el desarrollo de las capacidades de los profesores y los directores de centros escolares; implicar a los interesados desde el principio; y hacer que las reformas se mantengan a largo plazo.

Las reformas no tienen que ver únicamente con definir estrategias, escribir documentos y normas; deben traducirse en mejores resultados para nuestros jóvenes y para nuestro futuro.

Este artículo es una traducción del INEE, del escrito por Beatriz Pont, Analista de Política Educativa, Dirección de Educación y Competencias de la OCDE, disponible en este enlace.

Fuente: Blog INEE

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