Descripción

Artículo informativo en forma de reflexión acerca de la importancia del afecto y su incidencia en la salud, futuro y bienestar físico, mental y social de los niños.
Formula líneas generales de acción para establecer las condiciones óptimas en una relación afectiva positiva.
Además, dedica un apartado especial donde analiza la afectividad en el aula otorgando relevancia a: tono de voz, trato agradable, expresión verbal y no verbal, expresiones físicas y faciales (movimiento, postura, gesto), acercamiento físico (tacto, caricias)… todo ello como elementos primordiales en el camino de integración del niño.
El papel del educador se torna esencial. El niño es como es y lo importante es aceptar lo que nos cuesta. El docente ha de mostrarse hábil en el manejo de actitudes que son favorecedoras de las relaciones (sintonía, empatía) y creadoras de una atmósfera de credibilidad, confianza y participación.
Para finalizar, la autora enfatiza cuatro puntos importantes en la adaptación del niño en la escuela y donde los educadores tienen un papel afectivo activo por desarrollar: seguridad, independencia, respeto y confianza.